RETRATO DE MUJER1
Pequeña, pequeña y sutil, morenita, como las esposas
de "La Biblia" o los lirios dilectos del Ganges, graciosa,
melodiosa, misteriosa, llena de innumerables destinos augustos,
egregios, y pálidas adivinaciones, humilde en su virtud, humilde, y humilde, y humilde,
grandes los negros, negros ojos, chiquitito el pie, anda por las vías eternas
acariciando
los acontecimientos rientes,
las desgracias que visten mortuorios lutos
amarillos, el gesto fluvial de los llantos,
el gesto fluvial
de los llantos, la montaña,
y el insecto maximalista,
ácrata o filósofo; acariciando, acariciando, acariciando la vida y los sepulcros con mimos, con mimos de gatita joven.
* * *
En aquel montoncito de carnes flacuchas, sumisas, humanas, polvosas,
viajeras, canta el ilustre mar,
la tierra orlada de trigales
intermitentes o sonoros nidos,
los cándidos cielos musicales, Dios, Satanás,
el viejo instinto
negro que sonríe a la nada desde los subterráneos del hombre y la materia.
* * *
Se parece a la iglesia
del Pueblo; el modestísimo olor a gestos rurales, la religiosidad
honrada y honesta, honrada y honesta que diluye su ateísmo,
su ateísmo profundo cual
las aguas eternas de las tumbas, su ateísmo, lo ensimismado, lo virtuoso, lo tranquilo
de las diarias
maneras exteriores, el sentido de la divinidad aureolando sus
huesos a cada instante, a cada instante, a cada instante tienen un no se qué tan evangélico
que evocan, oh!, que evocan la capilla del lugar...
* * *
Diríase que viene saliendo de la escuela,
seriecita y juguetona, juguetona y seriecita, seriecita y juguetona, diríase que viene saliendo
de la escuela con el hijo en los brazos
precoces, pueriles; ... "nenito, peladito, chucurrutito," así le dice a la guagua de meses...
él contesta sonriendo, sonriendo: " a...gu...u...u..." y LOS DOS se conocen ha setenta
mil años, por lo menos.
* * *
A orillas de los campos
floridos, apostólicos, su
actitud llena, llena de árboles y agua se define ruidosamente; ¡qué alegres van los zapatitos blancos por el camino real atardeciendo!... La silueta maravillosa, fina y triste,
fina, fina y triste, sus líneas intelectuales, imperiales, ideales,
dilectas, como de dulce y grave pastor cita ingenua que fuese princesa ignorándolo, ilustran
el tema agrario, sacratísimo, cual una flor el frac del héroe; ella adaptó los últimos refinamientos a las yerbas honorables, burguesas,
la elegancia del encaje albo sobre
las túnicas crepusculares al fervor doloroso
del grande poema de la agricultura.
* * *
Suave, suave, suavemente suave ambula,
ambula, como ala sonámbula, sonámbula, sonámbula, insinuando
apenas su alma enorme; palpa las cosas, y las cosas vibran lo mismo que arpas naturales, pisa y el pie celeste roza los fenómenos
cual una luz la cara
de un difunto, cual una luz la cara de un difunto, sonríe y se
ilumina el mundo, piensa, piensa, piensa y, entonces,
un olor a violetas claras
inunda el universo, las figuras se hacen
suavidad, los geométricos triángulos objetivos esconden las garras estridentes, oblicuas, y unas canciones
blancas, blancas, blancas juegan alegremente con los pájaros nuevos.
* * *
Mujercita al rojo es, mujercita al rojo; caldea el amor sus entrañas adolescentes, las menudas manos le arden, el sangriento clavel de los labios calcina los vagos suspiros innumerables, ondula el vientre como sementera, tiemblan
los pechos cual floridas torres
que se incendiasen, que se incendiasen, que se incendiasen al crepúsculo,
las pupilas van
agrandando la tierra, van agrandando la tierra y florecen, florecen lágrimas y besos, florecen, florecen, dos verdes ojeras invaden su cuerpo anulándolo, borrándolo, eliminándolo,
y los pies, riendo al mar de libres cabellos anochecidos, fluctúan por el aire minúsculos, lindos, minúsculos
minúsculos...
* * *
Un gigante rítmo sobrenatural
preside sus actos e imágenes, asombra
lo equilibrado
de su espíritu,
lo equilibrado de su espíritu
práctico y romántico, romántico y práctico,
devotísimo,
cantor de las pequeñas formas cuotidianas, y al que incendia los huesos el fatal
ensueño fatal, la vieja ilusión,
la vieja ilusión,
la vieja ilusión
que viene saliendo
de los manicomios con la verdad en un trapito; ama lo lógico
en las cosas, el inconmensurable absurdo local de las ideas; es prudente, como las golondrinas.
* * *
ESPOSA que fuese aún niña,niña, niña de diecisiete
primaveras, junta a la triste
sabiduría el candor ideal de las estrellas castas,
la simpleza del alba,
las blancuras sacerdotales
del amanecer a las torvas razones amarillentas, lúgubres de los pálidos
atardeceres, a
las torvas razones amarillentas, lúgubres de los pálidos
atardeceres; esposa que fuese aún niña, esposa que fuese aún niña sonríe atando a la pierna infantil la fragante liga de las colegialas, sonríe, sonríe por los anchos caminos cual gota de errante agua, cual gota de
errante agua que reprodujese la historia del hombre.
1922
1 En: Pablo de Rokha, Los gemidos, 2da Ed., Santiago: Lom, 1994, p. 51-55.
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