XX
Estas páginas hondas
surcadas
de pesares
que destilan de
un alma
un sombrío desastre
pudieron ser un día,
por
el sol inundadas
tejidas en los
aires
silbadas en las cañas
por todos los pastores
que
saben de románticos
ensueños, que se
mecen
al paso del remanso...
Pero se
cortó el hilo
que encadenó mi vida
a la de quien ha muerto...
y con él mi alegría.
Por eso es que son frías
estas páginas hondas
y destilan, por
eso,
tanta hiel mis estrofas.
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