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ARAUCANÍA1

   

Por caminos de sangre, a la huida de la luna
se arrastran las madres araucanas, con la explotación a la espalda:
el crepúsculo capitalista las azota como un látigo,
pisando tierras muertas, tierras rojas, tierras negras.
 
Joven guerrera de ayer, entera mujer de Araucanía,
tu inmenso atado de pena, como la muerte pesa,
abrigándose en tus trenzas de oscuridad milenaria.
 
En las rucas que parecen palomas echadas,
el fuego alumbra los rostros amarillos del pasado,
el fuego araña los lomos infinitos del cansancio,
las manos como sarmientos, que rasguñan, persiguiéndose,
entre el canto de color que cae de los telares.
 
Murió la canción del copihue sangriento, flor de2 volcanes,
la canción que jugaba con la tempestad entre los bosques azules,
ya está helada entre dos soles de Abril y entre dos rifles.
 
Cuando la tarde se ensancha y atemoriza el ganado,
como un lago amargo,
la india sale a contemplar su tristeza,
la trutruca3 oscura y honda da la nota trágica al alma,
y ella suspira para los ojos del antiguo guerrero.
 
Ya de la raza heroica es el heroísmo4 su rastrojo,
pero la bandera de su juventud la levantan
viejos caciques rojos,
unidos al clamor nacional
bajo el signo santo y monumental
de la hoz y el martillo.
 


 
1 La Araucanía, actualmente Región de la Araucanía, novena región de las 14 que dividen el país, cuyo nombre proviene del territorio denominado de esa manera por españoles y chilenos, con el que coincide parcialmente; Alonso de Ercilla en su obra épica La Araucana (publicada en España en 1569), habla por primera vez de Arauco (del mapudungun "rauko:" tierra gredosa), del Estado Araucano, y los araucanos como apelativo para los aborígenes mapuche o nación mapuche, grupo nativo que habita tanto en territorio chileno como argentino, y que se opuso por medio de la Guerra de Arauco a la llegada de los conquistadores españoles. En lo que a Chile refiere, también se identificó este territorio como La Frontera, metáfora que representa el límite marcado por el río Bío-Bío con el Estado Chileno. La resistencia del pueblo mapuche se mantuvo dentro de esos márgenes de manera constante y general incluso luego de la independencia de Chile: el territorio no fue colonizado sino hasta fines del siglo XIX, cuando el ejército, por medio de sangrientas expediciones, toma posesión de la zona, repartiéndola entre colonos europeos, mayoritariamente alemanes, en menor parte suizos y franceses; a este proceso se lo llamó Pacificación de La Araucanía, que iniciada en 1891, consistió en un proyecto de carácter nacional y estatal que implicó el genocidio, peonaje y pauperización del pueblo mapuche, y el comienzo de su desterritorialización y aculturación. El poema de la autora pone el acento en la resistencia de las figuras femeninas mapuche, tradicionalmente núcleos sociales de su comunidad, y en el carácter guerrero de los varones, asociándolos con la lucha de clases y el proyecto revolucionario marxista-leninista, al igual que lo hace Pablo Neruda en Canto General y Pablo de Rokha en muchos de sus poemas; cabe mencionar también dentro de esta tendencia de la poesía chilena el poema "Retrato de mi padre, militante comunista" de Jorge Teillier: "...llega a través de barriales/ a las reducciones de sus amigos mapuches/ cuyas tierras se achican día a día,/para hablarles del tiempo en que la tierra/ se multiplicará como los panes y los peces/ y será de verdad para todos."
2 Con tilde en Oniromancia, p. 43; error tipográfico.
3 Ver nota 86 a C.
4 Sin tilde en Oniromancia, p. 44.