PLANETA SIN RUMBO
¿Quién se ha detenido a mis espaldas?
Alguien
apagó la sombra,
una voz me encierra, cerrándome las puertas, cruzándome,
una mueca de cera viene desde muy lejos, desdoblándose.
En el horror de Dios, un pájaro perfila un grito.
La noche es blanca y muerta, la luna, ¿había que decirlo?
sin embargo es negro
el reloj e implacable.
Sentimientos proyectados;
¿en dónde está la cabeza del sueño, que no tiene cabeza,
ni pies, ni ojos, ni manos y existe?
Mi cuerpo tendido entre cielo y
mundo
se eleva, se
resiste, se retrata disgregándose,
entre verdes peces alados que
ya no
/ tocarán1 la tierra.
Yo soy mi sombra.
Construyo
innumerables ilusiones fosforescentes
con palabras que salieron destruidas al amasarse,
(habría que contar una historia) pero, todas las historias son historias,
y, por lo tanto, engaño.
Hacia la distancia,
¿quién se reconoce
en el ayer?
Vehemencia,
vehemencia, eres el espejo de lo que YA
NO ES,
te borro de mí2 misma y te envuelvo con fuego,
rechazándote, como niña de rosa en tiempos dolorosos,
de contienda sangrienta.
1 Sin
tilde en Oniromancia, p.11; SYD, p. 94.
2 Ídem
en Oniromancia, p. 12; lo mismo en SYD, p. 95.
|