MIEL Y LAURELES DE CHILE
Brilla
en los pájaros del Sur su nombre de oro y plata,
los
niños lo transmiten en las pizarras escolares
del asombro,
en cada nueva
canción está presente,
las mujeres calladas
lo llevan en la flor de sus corpiños
negros,
y los héroes
de ayer lo empenacharon entre
sus cascos y sus almas de piedras:
porque Chile
es así: liviano como el ala del mundo,
inmenso, enriquecido por la
paloma internacional de lo sencillo,
igual a un violín en el violín del viento,
florido de amor en la mirada
de la doncella en celo,
fuerte como la
razón y el dolor del destierro.
Cruzada de poesía
en arco iris
entre espectaculares vuelos interoceánicos,
recordé
la flecha azul de sus tierras delgadas
besadas, íntegramente, por la carta-espuma del mar
y por la intacta sinfonía insular de los ríos.
¡Cómo
en su corazón-campana cruje al rebote del trueno
que se extiende con sonido y esplendor en su mapa de fruta,
entre pezuña pavorosa de caballo salvaje
y ubre estremecida de vacada en fuga!
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