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Hendiduras tajantes, roedoras,
trazo rebelde, saliva, escolta
pedregosa
de un túnel tornasol de aguardientes de acíbar, imperceptibles,
pretendiendo en vano saciar el ansia ploma de un paradojal veneno.
La editorial interna de los magos del sismo agitando su soda
sin freno, desatando
brumosos los lomos de sus yeguas sudorosas.
Calor que incendió la propaganda tropical, manjar de zumos,
bajas estancias que despedazan exuberancias
rugientes
que despojan y construyen sus lagunas de prueba honda.
Designio pretérito-efímero, perfume,
oasis, cartel ígneo, granero shakesperiano.1
Esquina de las amanecidas con rocío y urracas, naciente
foco lustral a horcajadas
de lo sucedido en ala plúmbea de rigor.
Diploma de tamboril-tambor-dolor, pergamino cervantino
glosan la historia
de una esmeralda joven y vocinglera
desmayada, con dientes, en la arena musical de las preocupaciones
sufrientes.
1 Sic.
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