*
Al tránsito de sembradura alfombrada por
mi andar seguro cristalino,
contesta la cabritilla como deslumbramiento de trigos simultáneos-sombreados,1
y los lagares
de intangible fluir calcomaníaco.
Las trombas
allá se vienen encima con mecánicos presentimientos,
(desaliños primitivos
del diluvio), todo para la niña cándida de canastillo galante,2
que inventó su amargura colegiala con rodilla limón y trofeo.
Carátula con
título fosfórico y yelmo, testamento
en anaquel olvidado o en ropero
de caoba modelo donde da3 eco un balido
que suspira por una civilización
vegetal proclamada en los libros.
Esbozo el llano con ceño conductor, de rebanada
expansiva,
arrepintiéndome del miraje al soslayo de lo devoto ceroteado en botón.
A las romerías
de aletargados cisnes, laderas exiguas
dan laguna y el reflejo
de las ondas porosas, inconexas, jesuitas4 los despluma;
una sílaba estridente se disuelve en los vistosos plisados angostos
del caprichoso abanico con el limo parasitario que sonríe
a los átomos.
1 Punto
seguido sin la mayúscula correspondiente
en SYD, p. 217; coma en ASA,
p. 207.
2 Ídem
en SYD, p. 217; ídem en ASA,
p. 208.
3 Con
tilde en ambas ediciones, p. 208 y 217, respectivamente.
4 Ídem.
|