*
Lo santo con núcleo, imaginativo, "roto"
laboratorio, poncho,
la alegría hermafrodita
del petróleo lujurioso, harto, opaco,
y el azul-verde, ombligo protagonista de siete mares
desertores.
¡Cuánta insistencia
sumada, trascendental, documento maltratado
y alquimia acariciante posee mi afán de idolatría locuaz!
Terreno
tétrico, esmirriado, seco, turbador, chacras,
canteras hirvientes, embalsamadas en abandono,
nobles,
adoban un premio de siglos -mortaja de faraón- salitre,
guano,
cuando la misma cauda entorpecedora, alerta, tubo-rancio,
pigmeo, exacto, todo lo iguala en caminata de ovejas.
El astro central arpegea en el
piano marfileño, inquieto,
de la camanchaca incesante,
palurdo ejemplo, rienda de atado
de un
molino gigantesco girando su caballería del diablo
entre perlas
profanas de academia.
Precipicio impulsivo, súplica para una muerte de epopeya y patíbulo espantoso.1
1 Poema que aparece continuado con el siguiente
en SYD, p. 187, incluso
perdiendo la separación estrófica.
En ASA, pp. 188-189, aparecen
como dos poemas
separados por una estrella
(*) como todos
los restantes. Se trata de un error de edición.
|