SONETO A LA RIBERA DEL ÁLBUM
Mi
semblante y su actitud de madreselva,
toma el formato añil
de la carátula de un nido de memorias.
Todo
ha ido atardeciendo,
la ráfaga valiente,
la mariposa enrojecida, danzando,
contra la mirada del sol.
¿Oíste
cómo el cuervo plantó su noche,
rodeando
el espino solitario?
¡Cuántos besos
doblaron la cabeza!
¡cuántas rosas sentenciadas en el triángulo
asesino
del dolor!
Sólo tu
cariño está girando, solo,
como una hélice,
en el jardín
de luz
de una estrella dormida...
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